03 mayo 2007

Nos vamos haciendo mayores


Lo bueno dura poco.

Tras estos días de fiesta, es lo bueno que tiene vivir en Madrid, toca volver a la carga.

En vez de deprimirme por esto, tiene mucho que ver que mañana sea fin de semana otra vez, voy a hablar de una de las múltiples cosas que pude hacer: ir al teatro a ver “Espinete no existe”

Esta obra nace como fruto del éxito que han tenido los monólogos en nuestro país, muchos años después que en otros, y viendo la suerte que corrieron, no sólo “El club de la Comedia”, sino todos sus hijos (5hombres.com. 5mujeres.com, 5gays.com...)

El tema de la obra es, como puede averiguarse por su nombre, la infancia de la generación de los ochenta (y mediados de los setenta).

Así pues, oiremos hablar de nuestras chuches, nuestras series y programas de televisión, nuestras canciones y grupos, nuestros héroes, las clases, las vacaciones… todo desde el punto de vista de la nostalgia.

Por eso no es extraño ver a todos los asistentes gritando como locos a la pregunta de ¿Cómo están ustedes?, o cantando como locos “Dartacan y los tres mosqueperros”

Debo reconocer que hubo momentos en los que casi me caí de la silla por la risa, y me consta que no era el único.

Uno de ellos es con el visionado de este video. Buenísimo, de verdad


Me encantaría saber que ha sido de este niño. Me imagino que habrá desarrollado un odio extremo al circo, los payasos, y todo lo que tenga que ver con ese mundo. ¿Habéis visto como le coge la cabeza, lo eleva del suelo, y lo zarandeo como si fuera una marioneta?

Mas allá de la nostalgia, también hay hueco para el sentimentalismo con dos momentos que me pusieron la piel de gallina, tanto como ahora al recordarlos.

Así pues, en la hora y media que dura la obra, y que se hace corta, hay tiempo para todo: desde reír a cantar, pasando por ponernos nostálgicos, o algo mas melancólicos.

Si tuviera que decir algo malo, empezaría por la rapidez con la que habla Eduardo Aldan, el “casi único actor”. Este chico, que conocíamos de “Caiga Quien Caiga” y de “El Club…” llega a hablar tan deprisa que a veces es complicado seguirle y entenderle. Además, el mismo comenta que se lo han dicho, pero que es su forma de hablar e interpretar. Iluso de mi, yo pensé que sólo sería al principio, pero no.

Otro punto negativo, es que muchas partes de la obra las conocíamos ya de “El club….” y ya han sido parte del monologo con el que gano, por lo que no es de extrañar que algunas partes nos suenen.

Con todo, yo diría que merece bastante la pena, que además no es nada caro, y es una forma diferente y divertida de pasar una tarde

PD: a ver quien encuentra a Espinete en la foto de la cabecera. ¡Os juro que esta!


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pobre niño, seguro que despues de tantos zarandeos necesitó un collarín. Tras una fuerte demanda, el niño rubio logró sacar una fuerte suma de dinero al payaso d ela tele hacindo cerrar los estudios de television y así crear la ley del menor, demostrando que la humillacion de niños en tv es aceptable siempr ey cuando no se ejerza violencia !!

Anónimo dijo...

soy maialen y confieso que no encuentro a espinete!!

Anónimo dijo...

POR DIOS YO TAMPOCO ENCUENTRO A ESPINETE POR DIOS TAN POCO EXISTE KE NO LO VEO YA?